Por simple
azar, he descorchado en una misma cena dos vinos de la misma apelación de
origen, la misma añada, la misma graduación alcohólica y hasta casi diríamos el
mismo precio. Me esperaba encontrar así dos vinos similares, pero en cambio
resultaron dos tipos de productos bien diferentes. Y en este duelo bordelés
hubo para mí un franco ganador.
Apelación
Bordeaux Contrôlée
2013
Precio SAQ :
$ 16,95
Más allá de
la reputación mundial que Baron Rothschild pueda tener en el colectivo
imaginario de los vinofilos, los vinos de esta casa productora no tienen para
mi paladar esa elegancia seductora que espero de los vinos franceses. Puede ser
ya casi un cliché hablar de esta particularidad francesa, dado que el mundo vinícola
se está volviendo cada vez más globalizado. Sin embargo, del Mouton Cadet, yo la
espero…
Por eso quizás
me resulta un vino de assemblage austero, demasiado suave. Escasos aromas en
nariz, y muy poca complejidad en boca. Tomable fácilmente, correcto, agradable,
pero no deslumbrante. En retrogusto hasta me resulto un poco áspero y con
cierto dejo de amargor.
Antoine Moueix
Apelación Bordeaux Contrôlée
2013
Precio SAQ :
$ 14,95
Debo
reconocer que no es fácil salir del lote, llamar la atención entre tanta
variedad disponible de vinos de Burdeos a este precio. No obstante, “chapeau” (mis aplausos) a este vino digno
y altamente recomendable. Elaborado a partir de uno de los cortes típicos de la
región, merlot-cabernet sauvignon, en nariz ya sorprende por su bouquet de
fruta roja cocida, cuero y especias. En boca, es estructurado, amplio y
elegante. Hasta podría decir que es sedoso, amable y envolvente. Responde con
creces a mis estándares de calidad, y en lo personal, responde magníficamente al
gusto de mi paladar.
MLF