Sicilia es una de
las regiones de Italia que más me atrae. Los vinos producidos en esta isla
mediterránea son de características bien intensas, vinos con cuerpo y
personalidad. Pese a ser vinos europeos y tradicionales, las etiquetas se
identifican mayoritariamente por sus variedades, como los vinos del nuevo
mundo. La Nero d'Avola es la cepa emblema de la región y los vinos de mejor
calidad tienen su propia apelación IGT. Además de sus uvas autóctonas, en Sicilia se cultivan casi todas las
variedades francesas más conocidas, como la Merlot, la Cabernet Sauvignon o la
Syrah.
Un buen vino de tipicidad de este terroir es el Sedara, poducido por una de
las cantinas más conocidas, Donnafugata. Me ha gustado porque es un típico IGT siciliano blend de Nero d'Avola, Merlot, Cabernet Sauvignon y Syrah desbordante de
color, aroma y sabores de grosella, ciruela, cerezas y tabaco. Intensidad y voluptuosidad en su máxima expresión. Precio SAQ: $18,95 MLF